El ser humano tiene la inevitable tendencia de ver la paja en el ojo ajeno. Cuando nos paramos a reflexionar con honestidad, nos damos cuenta de que no empatizamos con el otro, que no le escuchamos ni nos interesa lo que nos esta contando. Siempre buscamos tener razón en lugar de entender el punto de vista del otro y tratamos de convencer (e incluso imponer nuestra opinión) en lugar de comprender.
Con esa visión cerrada no logramos influenciar ni impactar, ni liderar a nadie. Sólo podemos impactar a alguien si estamos dispuestos a entenderlo. No hay otra forma, no hay otra regla. Empatizar, entender y escuchar con verdadera atención. Esto que parece tan sencillo es enormemente complicado, porque muchas veces estamos absortos en nuestro pequeño mundo y no prestamos atención a nuestros comportamientos.
Debemos escuchar atenta y conscientemente a los demás, y demostrar que estamos escuchando. Esto se encuadra de nuevo dentro de la empatía, y es interesante porque permite entender lo que siente la otra persona si piensa que no le estamos escuchando. Empatizar, entender y escuchar con interés y concentración es un regalo que damos al otro, pero también es un regalo que nos viene multiplicado por diez.
Las personas que se sienten entendidas van a transmitir sus inquietudes, preocupaciones y motivaciones. Esas personas van a confiar en ti y pueden ser los miembros de tu equipo. Si los colaboradores o compañeros confían en ti, siempre se les va a poder impactar para conseguir que saquen lo mejor de sí mismos y formen un equipo de alto rendimiento y motivación. Si se mejora las habilidades de escucha y empatía se obtiene confianza. Y donde existe la confianza existe la motivación, productividad, proactividad y creatividad.
Ahora mírate a ti mismo, ¿tratas de convencer al otro habitualmente, de tener la razón, de contar tu visión de las cosas sin haber escuchado la del otro?¿Escuchas de verdad, no solo con los oídos, sino con la vista y, sobre todo, con el corazón?¿Acaso priorizas el comprender y empatizar con el otro antes de dar tu opinión de las cosas? Párate a reflexionar sobre tu conducta (y no la de los demás), porque esto puede cambiarte la vida.
Un saludo.
Obtenido de: Articulo de opinión.(RRHH Grupo soledad Magazine)
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